Algunos consejos para llevar a cabo muy fácilmente:
Cuida la higiene diaria
No hace falta decir que es importante cepillarse los dientes después de cada comida, pero hazlo utilizando dentífricos con flúor, limpiando la lengua y completando la limpieza con hilo dental. Así, consigues que tus dientes duren toda la vida.
El cepillo, tu mejor amigo
Si no el primero, al menos sí el segundo. Con cabezal redondeado y pequeño para poder llegar a todas partes, ha de tener filamentos suaves para no dañar las encías. Te aconsejamos cambiar de cepillo cada tres meses para mantener una correcta higiene.
Reduce el consumo de azúcar
Este dulce compañero aumenta la creación de ácidos en la placa bacteriana que dañan el esmalte, produciendo las caries. Dato: existen dulces con xylitol, un edulcorante que sustituye al azúcar y estimula la formación de saliva para detener el proceso de formación de las caries. También debes limitar (o en el mejor de los casos eliminar por completo) el consumo de aquellas sustancias que dañan y vuelven amarillo el esmalte. El tabaco, por ejemplo, ya sea fumado o mascado, disminuye el flujo salival y contribuye a la aparición de manchas en el esmalte. Las bebidas o refrescos carbonatados como la cola también afectan el color de tus dientes.
Corrige la mala posición de tus dientes
No es solo por una cuestión estética, sino también de salud. Una correcta posición, alineación y buen estado de las piezas prolonga la vida de éstas y provoca una menor probabilidad de aparición de caries.
Presta atención a tu boca
Ante cualquier sensibilidad que persista en las encías o piezas, acude a tu odontólogo, ya que puede ser síntoma de sufrir alguna patología. Además es recomendable acudir a revisiones periódicas para mantener la boca en perfectas condiciones.